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Villas de San Pablo estrena su Parque Productivo Huerta Comunitaria

De basurero a semillero de vida
De basurero a semillero de vida

Por: Editorial Macondo Noticias

En el corazón del suroccidente de Barranquilla, Villas de San Pablo ha sido testigo de una transformación que va más allá de la infraestructura: un espacio que antes era foco de delincuencia y se había convertido en un vertedero de basura, hoy florece como símbolo de esperanza, productividad y tejido social.

Con casi 7.000 metros cuadrados intervenidos, se inauguró el quinto Parque Productivo Huerta Comunitaria, que incluye zona de cultivo, senderos peatonales, una plazoleta para eventos, kiosko comunitario, zonas verdes y accesibilidad universal. Esta iniciativa se enmarca dentro de una estrategia de recuperación urbana con alto componente comunitario y enfoque en la seguridad alimentaria y convivencia.

Durante la entrega oficial, el alcalde Alejandro “Alex” Char destacó el valor del esfuerzo conjunto:

Si todos ponemos y sumamos, las cosas se dan. Esto era un espacio perdido, un basurero. Además, había problemas internos. Rescatamos este espacio con luz y lleno de vida. Serán muchísimos los kilos de alimento y de aromáticas que se están produciendo en los cuatro parques que iniciamos y en este quinto parque que entregamos”.

El alcalde también reiteró su compromiso con la seguridad barrial, al afirmar que

Vamos a trabajar juntos con la comunidad por la seguridad.

La iniciativa busca además involucrar a las familias, niños y jóvenes del sector, ofreciendo un entorno que promueva el trabajo colectivo y el desarrollo de habilidades agrícolas básicas.

Queremos que más familias se unan, siembren amor y trabajo en equipo. Que niños y jóvenes puedan crecer en un presente esperanzador, alejados de la delincuencia y más cerca de sus sueños.

Este modelo de parque va más allá del urbanismo; apunta a la reconstrucción del tejido social y a la apropiación comunitaria del territorio como una herramienta para prevenir el delito y fomentar oportunidades sostenibles.

Barranquilla avanza, no solo con cemento y ladrillo, sino sembrando futuro donde antes solo había abandono.

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